domingo, 15 de enero de 2017

Mi Clon...

          En éste nuevo Placido domingo algo de prosa urbana, un cuento partido en dos partes, que alguien me contó hace mucho tiempo; ésta puede ser una variación sobre una idea que rondaba mi mente desde hace un buen rato, hoy me propuse contarlo a mi manera...


Mi Clon...↬ I
Solitaria y oscura... no estaba solo.
         Y es verdad, en ésta selva de concreto la noche nos vuelve cazadores o presa. Y la noche se me presentó en la calle, en una de esas de película de terror... solitaria y oscura, sólo se oía el     repicar de mis pasos. Entonces sentí la sensación de que no estaba solo, alguien o algo venía detrás mío desde las sombras y me seguía. Era miedo o la imaginación se asomaba a mi mente que no podía disimular ya los nervios, no lo olvides amigo: que el miedo inconsciente es a veces el único enemigo.
Aceleré el paso pero no me podía quitar la percepción de que alguien me acechaba...

              Podía sentirlo aunque no lo viera, entonces decidí correr para escapar de mi presunto cazador, la angustia se apoderaba de mí y me preguntaba... y si le hago frente puede estar armado entonces saldré herido, en definitiva es mejor huir; doble la esquina y me precipite a otra calle parecida de la que escapaba para encontrar la avenida, entonces ya no sentí la inquietante desesperación ni mucho menos angustia por escapar... fue un golpe seco en la cabeza, perdí el sentido.

Mi Clon...↬ II
La creación de un Clon en probetas...
          Cuando recobre el sentido, al despertar, estaba amarrado de pies y manos a una silla metálica, apenas si podía ver en aquella penumbra en la que mis ojos estaban acostumbrándose; al tratar de incorporarme oí una voz que no me era desconocida del todo... una silueta se acercó a mí y entonces pude ver su cara que era igual que la mía ¿Cómo? Sí, sin duda ese hombre era idéntico a mí, ¿era mi gemelo o -lo peor-, mi Clon? Era yo mismo.

                   Entonces, pausadamente empezó a hablar: "Lo secuestré sólo para ocupar su lugar"... "se todo sobre su vida, su trabajo y su familia... ¡todo!. Por último me dijo que me podía quedar tranquilo que él se encargaría de mi joven y bella esposa con la que me había casado recientemente, que la amaría, y protegería como si fuese yo. Sólo quedaba un pequeño detalle... ¿Cómo iría a desaparecer mi cadáver? 


Un angustioso abrazo, ¿sería una pesadilla?

Hortensio.


Post scriptum: Un buen amigo (Jaime Fajardo) ex- detective del DAS un organismo de seguridad del estado y experto en dactiloscopia, me salió con ésta: "¿Y las huellas dactilares son las mismas en un clon? porque en la de los gemelos nó".

La historia original es del escritor argentino Darío Alejandro Alonso, lo mio es una variación.

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