¿Quien en un momento de su vida, no ha escuchado éste hermoso e intemporal poema? En éste Plácido domingo, la verdad sobre uno de los más queridos, bellos, motivadores, ciertos, reflexivos e inspiradores poemas de la era moderna... fueron tantas y tantas - millones- las recordaciones del poema que el autor, renunció a sus derechos de autor y los regaló a la humanidad, esto se encontró en su diario: "Debería dejar este humilde regalo (desiderata) este trozo de prosa que ha alcanzado tan nobles rumores", pero sabemos que él fue refractario a la figuración y no publicaba sus poemas...
Pero ésto lejos de cumplir su cometido, se prestó a múltiples abusos y malintencionadas autorías, una de ellas la que inventó un cura avivato que llegó a decir que el poema había sido descubierto escrito en una muy antigua tumba y burdamente lo mandó tallar, para atraer incautos admiradores del poema a su paupérrima parroquia y sacarle ganancias "con avemarìas ajenas"... desde luego no aguantó la más simple revisión. Otro... que lo escribió hace 500 años un monje ciego y de por sí, anónimo y el otro anónimo, que se encontró misteriosamente en el banco de una iglesia hace 200 años.
La mentira más "seria" provino también (como cosa rara) de otro cura, el reverendo Kates, esta vez de la iglesia de Saint Paul de Baltimore en Meryland, en 1956 recopiló una serie de textos para regalarlos a sus feligreses, entre ellos se encontraba Desiderata, pero cometió un gravísimo pecado y hasta 'mortal', omitió poner el nombre del autor del poema y al final de éste colocó: Iglesia de San Pablo, 1692, refiriéndose desde luego a la fundación de dicha iglesia.
Un enfebrecido parroquiano, al leer el poema se propuso a publicarlo en un periódico local y como se dice ahora se convirtió en un fenómeno "viral" que desembocó en el movimiento hippy de los años 60'as... fue su himno de paz; pero esa publicación mantuvo el craso error encima que el delirante feligrés le dio al tema: había sido escrito por una mano anónima y encontrado en esa iglesia de Baltimore en 1692, ya se sabe que el misterio de un texto tan bello y encontrado después de cientos de años, no deja de tener su encanto.
Pero, hay que darle honor a quien honor merece, el único autor del poema se llamó Max Ehrman, abogado y filósofo de Harvard, de origen alemán, se desconoce el porqué el poeta y escritor, escogió el nombre Desiderata, que viene del latín desiderátum, que quiere decir "cosas deseadas" o "cosas que se desean" y todo parece ser que lo escribió poco antes del 1927 que fue el año en que lo patentó.
En 1948, tres años después de su muerte en septiembre 9 de 1945, su viuda publicó sus poesías y sus escritos, entre los que se encontraba Desiderata, en un libro que llamó: "Los poemas de Max Ehrman."
Hoy no escribiré el bello y conocido poema que nos concitó, pues de sobra creo, que lo conocemos, pero me propongo transcribir otra de sus afamadas poesías, menos conocida y que él llamó:
Todos somos barcos.
Cargados con experiencias de vida,
memorias de trabajo, buenos tiempos y pesares,
cada uno con su carga especial;
y es nuestro común destino
mostrar las marcas del viaje,
aquí una proa astillada, allí un cordel emparchado,
y cada casco ennegrecido
por el incesante apaleo de las incansables olas.
Ojalá seamos agradecidos por los buenos tiempos y mares apacibles,
y en el tiempo de tormenta tener coraje y
la paciencia que caracteriza a todo buen navegante;
y, sobre todo, ojalá tengamos la alentadora esperanza de gozosos encuentros,
cuando nuestro barco finalmente tire su ancla en el agua quieta de la eterna bahía.
Bueno, después de éstas aclaraciones, solo me queda abrazarlos con mis deseos de que se esfuercen por ser felices.
Hortensio.
La mentira más "seria" provino también (como cosa rara) de otro cura, el reverendo Kates, esta vez de la iglesia de Saint Paul de Baltimore en Meryland, en 1956 recopiló una serie de textos para regalarlos a sus feligreses, entre ellos se encontraba Desiderata, pero cometió un gravísimo pecado y hasta 'mortal', omitió poner el nombre del autor del poema y al final de éste colocó: Iglesia de San Pablo, 1692, refiriéndose desde luego a la fundación de dicha iglesia.
Un enfebrecido parroquiano, al leer el poema se propuso a publicarlo en un periódico local y como se dice ahora se convirtió en un fenómeno "viral" que desembocó en el movimiento hippy de los años 60'as... fue su himno de paz; pero esa publicación mantuvo el craso error encima que el delirante feligrés le dio al tema: había sido escrito por una mano anónima y encontrado en esa iglesia de Baltimore en 1692, ya se sabe que el misterio de un texto tan bello y encontrado después de cientos de años, no deja de tener su encanto.
(1.872 - 1.945) |
En 1948, tres años después de su muerte en septiembre 9 de 1945, su viuda publicó sus poesías y sus escritos, entre los que se encontraba Desiderata, en un libro que llamó: "Los poemas de Max Ehrman."
Todos somos barcos.
Cargados con experiencias de vida,
memorias de trabajo, buenos tiempos y pesares,
cada uno con su carga especial;
y es nuestro común destino
mostrar las marcas del viaje,
aquí una proa astillada, allí un cordel emparchado,
y cada casco ennegrecido
por el incesante apaleo de las incansables olas.
Ojalá seamos agradecidos por los buenos tiempos y mares apacibles,
y en el tiempo de tormenta tener coraje y
la paciencia que caracteriza a todo buen navegante;
y, sobre todo, ojalá tengamos la alentadora esperanza de gozosos encuentros,
cuando nuestro barco finalmente tire su ancla en el agua quieta de la eterna bahía.
Bueno, después de éstas aclaraciones, solo me queda abrazarlos con mis deseos de que se esfuercen por ser felices.
Hortensio.
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