domingo, 28 de septiembre de 2014

¡Cuidado... Vida a la vista!


Ésta es una historia de la vida real que casi que la observe de cerca; el protagonista (amigo de un hijo mío) un muy joven empresario que estudiara 'Administración de empresas' en una prestigiosa universidad de Bogotá. Tuvo la "suerte" de heredar una micro-empresa familiar y entregarse por completo a levantarla, pues estaba un poco 'quebrada' y con mucho esfuerzo logró sacarla a flote, fue exitosa su gestión y comenzó su obsesión por el trabajo...

La esclavitud del trabajo.
Desde los primeros semestres de su carrera universitaria, él y sus compañeros habían planeado hacer un viaje a las islas de San Andrés y Providencia incluyendo Santa Catalina, un paraíso del ultramar colombiano, pero el tiempo pasó y todo se aplazaba, estaba de por medio 'la empresa' y siempre postergó su anhelo de conocer 'el mar de los siete colores' nunca pudo ir, pese a la insistencia de sus compañeros y amigos a los que siempre increpó con estas "dulces y sabias palabras": -"Mientras Ustedes descansan yo trabajo, y mientras otros duermen yo me preparo".

Nuestro personaje no oyó nunca la voz de su vigía de abordo que le gritaba: ¡Cuidado... Vida a la vista! De facto, con esos argumentos válidos de por sí pero muy relativos, llegó a obsesionarse tanto con su trabajo, que un día de repente enfermó... murió de estrés muy jovencito, decían las lenguas, un 'accidente cerebro-vascular' decía su partida de defunción, lo cierto es que 'dejó de vivir su existencia' eso pienso yo, no se Ustedes.

Me disculpan si no dejo moralejas, pero -creo- están a la vista...

Sólo un fuerte y 'ocioso' abrazo.

Hortensio.








2 comentarios:

  1. hay quienes se empeñan a concentrarse
    y otros solo respiran
    pienso que buscar entre ambos puntos el equilibrio es lo razonable

    pd... la entrada al post de Tunja sale como actualizada
    pero cuando se hace clik en el enlace aparece este aviso:

    La página que estabas buscando en este blog no existe.

    buena jornada
    saludos

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  2. Saludos poeta:
    Sí es cierto, el justo medio de los budistas.
    El blog, lo eliminé pra darle paso a una poesía de Boris Vian, que se que te va a encantar... nos leemos.

    Hortensio.

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