Esta entrada, es para compartir la curiosidad que despertó en mi, esa bella palabra... 'Miráforas' en plural; como nadie de mis consultados supo de la razón etimológica de ella y de la existencia de tan rara y bonita palabra, no hubo más remedio que acudir a ese formidable Oráculo que es Google en Internet, y poder documentarme en algo sobre el significado de tan "conocida" palabra para los cristianos de todas las épocas... ¡qué pena, yo no lo sabía!, ni lo sabía el cura de la parroquia del barrio que hizo una cara de perplejidad y repitió...¿las qué?, ni el 'pastor evangélico' que regenta, en un garaje, una iglesia... No sé, la verdad es que no me suena... ¿las qué?
Después de mi consulta al Oráculo, se los dije y de inmediato recobraron la memoria y empezaron a sentar cátedra, la verdad, ya ni les 'pare bolas', yo ya tenía mi propia información que es ésta que comparto con vosotros: Se refiere a las mujeres (que estuvieron presentes en el 'Calvario') que fueron al sepulcro prestado por José de Arimatea, quien había pagado muy bien al centurión Casio Longinos, para qué, - pese a la prohibición romana de bajar o de desclavar a los 'cruzarios' del 'patíbulo' hasta que no fuera descarnado por los buitres y aves de rapiña, por encima y los perros, por abajo-, permitiera a Arimatea bajarlo y darle precipitadamente sepultura en la tumba que tenia destinada para él, al llegar su muerte.
Yo acudo a Lucas, mi evangelista de cabecera, para mostrar la importancia de éstas mujeres que nunca huyeron como sí lo hicieron los hombres por miedo a la represión... Ellas iban hacia la tumba, al alba de ese domingo, para limpiar a Jesús ya Cristo (ya sabemos como quedó después de semejante tortura 'fuetera' y/o latigueada, para acabar en la bárbara crucifixión) ungirlo y envolverlo en un sudario o sabana, desde luego prestada y llevarle flores frescas, todo esto según la tradición judaica. Iban preocupadas pensando "... ¿quién nos ayudará a mover la piedra que tapa la entrada del sepulcro?.."
Las Miróforas, en su antigua etimología no es otra cosa que 'portadoras de mirra' o myron (bálsamo o ungüento).
Las siete Miróforas |
Ellas fueron: Marta, la hospitalaria. María, la tímida y hacendosa hermana de Lázaro, Salomé, madre de los hijos de Zebedeo. María la de Cleofás, madre de Santiago. Juana, mujer de Cusa, la Samaritana, La hermosa rubia de ojos verdes, Susana, hija de Zelotes y la eterna enamorada de Jesús, al que siempre le llevaba flores frescas y la agradecida Hemorroísa, nadie supo jamás su nombre, tímida y audaz. Ellas, con la oposición de los apóstoles, siempre acompañaron a Jesús de Nazaret, desde Galilea hasta Jerusalén, en todo su ministerio evangelizador hasta su muerte y posterior 'resurrección'.
Desde luego quedan excluidas, por su importancia, la María de Magdala, quien dio la noticia de que la tumba estaba vacía cuando las Miróforas se dirigían a limpiar el cuerpo del interfecto; Ella, 'La Magdalena' fue la compañera del cristo, 'la que me lavó y me beso los pies', la discípula amada, "La igual que los apóstoles", de la que dijo El, en casa de Simeón: "la que me amó mucho" (Lucas 7,47) y para muchos estudiosos de la materia, la esposa, teniendo en cuenta que a 'El Maestro' le llamaban Rabí o rabino, y uno de los requisitos 'si ne quanon' para serlo era el de estar casado, y María, la madre de Jesús. venerada y santificada con Hiperdulía en el más bello culto que se pueda tener de una persona humana. Lucas las encuentra camino de Éfeso, pero eso será otro capítulo, polémico y muy interesante que abordar en otra oportunidad; por ahora...
Un abrazo pleno de olores a mirra.
Hortensio.
Desde luego quedan excluidas, por su importancia, la María de Magdala, quien dio la noticia de que la tumba estaba vacía cuando las Miróforas se dirigían a limpiar el cuerpo del interfecto; Ella, 'La Magdalena' fue la compañera del cristo, 'la que me lavó y me beso los pies', la discípula amada, "La igual que los apóstoles", de la que dijo El, en casa de Simeón: "la que me amó mucho" (Lucas 7,47) y para muchos estudiosos de la materia, la esposa, teniendo en cuenta que a 'El Maestro' le llamaban Rabí o rabino, y uno de los requisitos 'si ne quanon' para serlo era el de estar casado, y María, la madre de Jesús. venerada y santificada con Hiperdulía en el más bello culto que se pueda tener de una persona humana. Lucas las encuentra camino de Éfeso, pero eso será otro capítulo, polémico y muy interesante que abordar en otra oportunidad; por ahora...
Un abrazo pleno de olores a mirra.
Hortensio.
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