martes, 27 de mayo de 2014

La pequeña 'Almendra' del amor.

Sí, es una 'almendra' literalmente hablando y queda en nuestro cerebro, se sitúa encima del hipotálamo y en lo más profundo de los lóbulos cerebrales y se llama la 'amígdala cerebral'; es la encargada - entre otras funciones- de almacenar, fijar e identificar las emociones básicas que van desde el miedo y la rabia hasta el amor. Tiene la demostrada importancia de alertar nuestro 'instinto de conservación' o de supervivencia que ha sido esencial para la evolución de nuestra especie.

Y, está también asociada al asentamiento de nuestra memoria y en ésta todos los recuerdos (buenos y malos) que se puedan recuperar de aquellos que por su marcada carga emocional, muy fuerte en intensidad se han fijado en la amígdala y que al estímulo de algún hecho externo (olores, sabores, lugares, etc.,) los avoca, nos los trae al presente de la memoria, en millonésimas de segundos.
Ubicación de la Amígdala en nuestro cerebro.
Ingentes estudios de afamados neurofisiólogos y neurobiólogos, han llegado a la conclusión de que la literatura Universal, por muchos siglos a tenido razón en sus crónicas y escritos... ¡el amor eterno, si existe!. Pero, ¿porqué es también la que he llamado 'La pequeña Almendra del amor' la que determina esta realidad fisiológica? pues sencillamente, porque el amor es una de las más importantes emociones del ser humano.

Al ser determinada ésta emoción -la del amor- si es de verdad amor, si ha sido un amor intenso o sinceramente fuerte, ésta emisión de información quedará fijada en esa 'pequeña almendra' de manera indeleble e indefinida, como las demás situaciones atípicas y desconocidas, sólo bastará algo evocador para que ese amor vuelva decodificado, al presente con toda la carga emotiva con la que se vivió, aunque ya no exista en ese presente, volveremos a sentir esa sensación con toda la intensidad de ese hermoso recuerdo del 'primer amor'... por mejor ejemplo.

Y los poetas ya lo sabían, aunque jamás se lo pudiesen explicar, solo sentir que el amor se movía a merced de fuerzas poderosas que no comprendían y menos pueden dominar; los novelistas lo tomaron como primordial en la relación de sus personajes en la construcción de sus ficciones y relatos. Además sería mucha mi pretensión si me pusiera a 'copiar' algo de la literatura científica y clínica de esos eminentes e inquietantes investigadores del cerebro, eso es para ellos y para bien de la humanidad... yo sólo aspiro a enunciar algo que ya está en plena investigación y compararlo con la literatura después de saber de donde puede venir eso del 'amor eterno'.

Y ya que empíricamente lo podemos determinar, decir con simplicidad que de los recuerdos acumulados en nuestra 'pequeña Almendra' nos hacen evocar esos lugares en donde fuimos felices y sentimos el amor por primera ves... ¿Quién no se acuerda con fruidez de ese, su primer amor? no digo que todos (pobres desgraciados) pero si es así y tiene la fortuna de hacerlo, eso es de por viva o más gráfico: será eterno, es decir que se llevará ese recuerdo a la tumba... ¿y más allá?

Aquí una pequeñita muestra literaria:


"Esto fue amor a primera vista, amor para siempre; un sentimiento desconocido, inesperado, imprevisto porque podría ser una cuestión de conciencia, tomo completa posesión de él y él entendió
con gran asombro, que esto era para toda la vida".

                                                                             (Thomas Mann, en 'Desorden y penas tempranas')


¡Aquella primera noche!

Aquella primera noche fue
la más hermosa en la vida
de ese audaz adolescente,
la más sublime, la más bella
la que nunca podría separar
de su imaginación por años
y años que pudiesen pasar.

Después de haberse entregado
el uno al otro sin la menor reserva,
de hacer el amor con salvaje ímpetu
de gozarse hasta lo increíble,
se quedaron dormidos abrazados
con las bocas eróticamente pegadas
¡compartiendo el aliento de su amor!
¿Cómo olvidarla jamás...?

                                                                        (Farwel, en el libro de 'Poesía Insustancial' 1985)

"Me acerque al catafalco. Aura parecía dormida; me incliné sobre ella y la besé en la frente. Al contacto de aquel beso pareció querer abrir los ojos para mirarme. ¡Cuan bella estaba así, cubierta con la sombra de la muerte!".

                                                (Vargas Vila en 'Aura o las Violetas').

Más en ésta breve noticia, se trata únicamente de destacar el impactante estudio de esos formidables aventureros del cerebro y su relación con la 'Amígdala' y sus referencias con el amor y la literatura...¡No era más...! Bueno sí, otro poema...

He sorprendido tu corazón
de pájaro
recorriendo mi soledad.

He sorprendido en tus ojos
la imagen de nuevos y
extraños territorios,

He descubierto en la arena
de mis caminos
Las huellas de tu presencia

                                                  (Carmen Amalia Camacho).


Un eterno abrazo de gratitud por esas 10.000 visitas motivadoras a mi Blog.

Hortensio.


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