sábado, 3 de mayo de 2014

La Leyenda del candado del puente Milvio.

Era una noche de luna llena y Carlo mirándola se dijo que Dios la puso allí para mitigar las eternas noches del dolor, no podía dejar de pensar en el horizonte negro de su desgracia y la tranquilidad lo había abandonado desde que fue notificado que tenía que presentarse a la oficina de reclutamiento... Italia entraba a la guerra, se la habían declarado Inglaterra y Francia.

La farola original a punto de caerse
 por el peso de los candados
Ese día aciago de la notificación corría el año de 1939 y en ese crepúsculo de primavera del 3 de mayo, no pensaba en nada que no fuera el tener que dejar a su adorada Faviana y la cita de amor era al anochecer en el puente Milvio como de costumbre cuando algo no iba bien, para ella fue lo que presentía... el ejercito le quitaba a su adorado Carlo para mandarlo a la guerra y lo encontró recostado en la baranda del puente al pie de la 'farola' absorto mirando las lentas aguas del eterno Tiber. Con paso vacilante e incierto caminó con el alma en la mano puesta en un pequeño candado y sus dos llaves, al volver los ojos Carlo la vio venir con su paso vacilante y la esperó bajo la tenue luz de la 'farola' admirando su adorada figura de adolecente, cuando llego a su lado, el abrazo pareció eterno y sus gemidos se convirtieron en llanto que humedecieron ese beso de trágica pasión.

Ella rompió la presión de los brazos de Carlo y logró separarlo, tomando el aire de aquella primavera inmortal, abrió su mano mostrándole el candado, el quedó expectante y asombrado le preguntó para qué el candado y además con nuestros nombres pintados con esmalte de uñas rojo y Ella, con su dulce voz le contestó: "estoy abriendo éste candado como símbolo de amor, de nuestro amor que al cerrarlo sobre la base de la 'farola' significará que será para siempre, las llaves las arrojaremos al río y ya nadie podrá abrirlo y será para siempre, mi amor".

Y así lo hicieron, lo cerraron en la base de la 'farola' y se acercaron al barandal del puente, besaron las dos llaves y las arrojaron al río no sin antes decir...'Lo Juro', las aguas eternas del Gran Tiber, selló para siempre este bello juramento.

Nadie supo si Carlo sobrevivió a la guerra ni qué fue de la vida de su Faviana, pero ahí está el candado en la farola del puente Milvio como símbolo de lo que es una verdadera promesa de amor... eterno. Ella se lo contó a su mejor amiga y la leyenda creció de 'boca en boca' y desde entonces no ha parado de crecer ésta leyenda que se convirtió en uno de los símbolos más bonitos de los pactos de amor.

Me lo contó un tío materno que estuvo en Roma, por allá en los años 50s. época de la pos-guerra y ciertamente ésta historia lo impresionó vivamente; lo que sí no me contó fue si él también cerró un candado al pie de la 'farola'. La leyenda como toda historia inconclusa, llénenla Ustedes con su viva imaginación, si es que les ha gustado esta historia de la vida real.  

Miren el presente:
Roma.

París.

Y así en casi todas las ciudades del mundo donde un río cruce su ciudad encontrarás candados y candados símbolos de amor... ¿cuando pondrás el tuyo?.

Un cerrado abrazo.

Hortensio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario