domingo, 16 de febrero de 2014

Tres poemas de Farwel...


Ya en el ocaso.
En ese hermoso ocaso encendido
de un agitado y extraño día,
Una montaña de la zona esmeraldina
llegaba hasta él la tristeza y la inquietud,
y, mirando los colores del atardecer,
siempre solitario suspiraba...

Mirando en lontananza la magnifica
llama encendida del ocaso,
en muda y agitada mirada,
se le aparece el bello jardín esmeralda
de su verde mirada...

Jardín de su tierra lejana que relumbra,
deslumbrando con su trémula luz
de una inapreciable 'gota de aceite',
de su occidente desangrado en sus
montañas envueltas en verdes pasiones,
durmientes deseos de inmovilidad...

Un grito, una queja y llanto, mucho llanto,
que atravesaba su garganta en muda protesta,
Una esmeralda 'gota de aceite' Boyacá.
quebró todo su ser, opacando su talento,
y, al frente todo el abismo magno y puro,
besó la tierra que dormía a sus pies y
en sus pupilas un mundo que mostraba su fin...

Saltó con sus ojos cerrados hasta el dolor,
con una sonrisa trémula en su rostro
y, una visión de paz y delirio insondable,
rasgó los sombríos lugares del abismo...

                            Hortensio Farwel
                  (Chivor, enero de 1996 Boyacá.)



Un camino ya sin tí.
(En una variación)

Qué falta me hubieras hecho tú
para compartir mis pequeños logros
y mis aterradoras derrotas...

Ya sé, de la que te haz salvado
de haber tenido que compartir
mi desequilibrada vida llena de
vicios y absurdas contradicciones...

Una vida en solitario.
Y me tocará seguir y seguir sólo
sin tu presencia, tu diaria presencia,
ya lo haré por los dos en tu ausencia...

Cómo me hubiese gustado que me
acompañaras aquí en mi vida
para haber compartido las pocas
cosas buenas que me han pasado...

Efímeros triunfos, mis escritos y mis
sueños rotos, mi música y mis nostalgias,
mis deseos frustrados y los golpes de la vida,
que mal o bien he podido asimilar...

Pero, todo se fue contigo cuando te perdí.
Y hoy comprendo que te salvaste de mí,
de mi vida malgastada, disoluta y bohemia
pues he vivido de acuerdo a mis sentimientos...

Y mis circunstancias, nostálgicas y sombrías
que te hubieran agotado el amor que me tuviste,
crecieron en mi de manera desproporcionada, absurda,
que triste es contártelo pero, que realidad más amarga...

Todo se fue contigo, sólo tengo tu legado pretérito
de amor con el cual vivir, he vivido y viviré hasta que
'la gran resignación' aparezca frente a mi y me
pase su negra factura para hundirme en el olvido.

                                                                Hortensio Farwel 
                                                                Bogotá, noviembre de 1986.




Una vez más... la noche.

Y cierro mis ojos, para intentar dormir,
sabiendo que será inútil, sólo añorada idea,
¿pero que hacer cuando el cansancio manda?

Y cierro mis ojos, para que aparezcan los recuerdos
plagados de besos y deseos de una realidad perdida.

Y cierro mis ojos, para ya no poder dormir en paz,
sino para evocar tus labios húmedos en tu sonrisa
y fundirme en un soñado y encantador abrazo de
sentida suavidad al apretar tu delicado cuerpo
que sin pedirlo ni pensarlo, se acomoda al mío.

Y cierro mis ojos, para beberme el rocío de tu piel
que a mi contacto derrite la nieve eterna
de tus mudos y bellos deseos.

Y cierro mis ojos, para saciar mi loca sed de pasión
en el inagotable manantial de tus frenéticas caricias,
que fecundan con amor los espacios de mi alma. 

Y cierro mis ojos, para huir de esa absurda locura
que me produce estar en la realidad de la noche,
arenas movedizas que se tragan mis precarios anhelos
turbándome hasta el delirio.

Y cierro mis ojos, para evadirme de ese incierto mundo
construido de mentiras y falacias de grotescas añoranzas
y para saber que quiero quedarme en ese sueño inagotado
en el que siempre y para siempre tú serás mía.

Y cierro mis ojos, para sentirme morir en el inagotado sueño
y despreciar la luz de un nuevo día lejos de tu presencia y
en el que tú abrigues mis silencios y espantes mis miedos.

¡No quiero abrir mis ojos...! 


                                                                   Farwel
                                                        En una noche de 1.986



Un breve ósculo y un abrazo.

Hortensio.


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