En uno de mis viajes por el sur de mi país, visité la ciudad de San Juan de Pasto la capital del bello departamento de Nariño, allí conocí a un maravilloso hombre de letras, Carlos Alban Benavides. De él y de su magistral humor y alegría el título de la entrada y que reposa en uno de sus libros...
"Después del Día de la Madre - en que la nombran a uno todo el día- y el del Padre, debería seguir el del hijo y después el del Espíritu Santo. Pero no: que como los novios y los amigos son por lo menos dos seres humanos enlazados por el amor y la amistad, lo que agrada mucho al comercio, el que sigue es el día de los Novios.
En mis tiempos, que son los mismos tiempos de Misael y Belisario, no había día del amor y la amistad, ni nada. Sólo se celebraba el del Soldado Desconocido y no había regalos porqué nunca se ha sabido la dirección de este pizco. Había simplemente novios y noviazgos, que solían durar bastante. En los noviazgos de entonces reinaba un hermoso romanticismo porque la novia era un divino ser distante, al que no se podía visitar todos los días, sino una vez a la semana, visita que era custodiada inevitablemente por alguna de las hermanas de la novia, dotada de un feroz instinto de perro mastín de aquellos que empleaban los conquistadores españoles " para perseguir a los infelices indios" mientras ellos se quedaban con las indias.
El bolero era lo único medio de acercamiento y su ritmo delicado permitía apenas presentir el misterio femenino. No eran permitido ni pretendían jamás pasar los novios la noche bajo el mismo techo, así fuera en las distantes habitaciones de una antigua casona de una hacienda, ni existía el conocimiento anatómico y peristáltico del sexo opuesto adquirido en las piscinas. Todo estaba reservado al misterio y a la ilusión de una unión feliz y duradera.
Hoy, el encanto misterioso de los antiguos romances está mandado a recoger. Así como existe el café instantáneo, hay el noviazgo instantáneo y el matrimonio relámpago. Existe el matrimonio civil que se contrae, no entre las flores y las candilejas de las iglesias sino entre los arrumes de los expedientes, las nubes de polvo y las pulgas de los juzgados de circuito. Los novios comparten frío, hambre y desnudez en la universidad, en las excursiones y en los cines. Nada se deja a la ilusión: todo está conversado, compartido, conocido, recorrido. Hay pre-lunas de miel, matrimonios de ensayo, pre-programas matrimoniales, retro-virginidad, apartanovios, noviazgos de laboratorio. Hay noviazgos tan efímeros que, con matrimonio y todo, duran lo de un suspiro: por eso hay noviazgos de buseta, de probeta y hasta de pantaloneta. Noviazgos unisexo. Noviazgos post-morten, de sudadera y ducha compartida y de tarde de toros, este último con cuernos y todo. Hay parejas de las de matrimonio primero y de noviazgo después. Novias de quita y pon. "Matrimonios". Noviazgos de carrera, susto y apagón, de baranda de juzgado.
Y en cuanto el conocimiento de la anatomía femenina ya a los novios no le queda nada por adivinar. Después de la "tanga" todo les quedó revelado. Quizá para tener alguna ilusión para el tálamo nupcial, las novias de hoy deban aportar el día de la boda una buena radiografía y las más ricas una escanografía..."
Ese es el talante de nuestro invitado, espero que lo hayan disfrutado.
Con un abrazo pastuso.
Hortensio.
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