domingo, 26 de enero de 2025

La 'Obediencia no pedida'.

Podrán golpearme los huesos, matarme,
tendrán mi cadáver, pero no mi obediencia.
Mahatma Gandhi.

"Para mi, la palabra más bonita 
del diccionario es arancel."
Donal Trump 
ante el club económico de Chicago.

 A raíz de los últimos acontecimientos que ha vivido el Estado Colombiano, por las deportaciones 'inhumanas' de colombianos a nuestro territorio y la decorosa actitud del presidente Petro, de no aceptar ese tipo de trato a sus connacionales, me remito a tomar algunas de las opiniones del español Roberto Beiro, que me ha llamado la atención por ser una magnífica radiografía de lo que está pasando y pasará sin duda, en el mundo con la llegada del fascistoide Trump a la presidencia de los Estados Unidos, y que ha tomado como bandera la amenaza de 'aranceles de represalia' si el mundo no obedece sus politicas de comercio internacional amparadas en el sofisma de que se están perdiendo puestos de trabajo para sus conciudadanos. 

La esclavitud económica...

Por lo pronto solo pretendo señalar cómo la estrategia criolla para evitar que le suban los aranceles a los productos que mandan y entran al país del norte, es el destinatario de la conformidad en la conocida Obediencia no pedida, que conocen muy bien los empresarios colombianos como una manera de prevenir conflictos y represalias que puedan afectar sus intereses ante el mayor consumidor del mundo -que consumen exageradamente de todo lo que le pongan al frente aún cuando no lo necesiten- y que describen un alineamiento con los caprichos del 'autócrata' presidente gringo, sabiendo que es mejor "agachar la cabeza" en señal de sumisión y así conseguir algunos beneficios y no correr riesgos de represalias comerciales adversas... es comprensible ese miedo.

Por otro lado hay que ensalzar ese gesto de buena voluntad con "el perdón" que nos dió Trump, 'por habernos portarnos mal' y para que nos sirva de escarmiento a Colombia y Latinoamérica para no subir los impuestos arancelarios y así mostrar lealtad y alineamiento con las prioridades económicas y políticas de la nueva administración. Es triste pero cierto, ver que el empresariado y la oligarquía colombiana y latinoamericana no conocen muy bien la palabra dignidad o la acomodan a sus privilegios para proteger sus activos en medio de éste antiético capitalismo salvaje que nos ha enfangado hasta la nausea y donde la economía es una cruel tirana que atropella con su avaricia...

Pero con ese 'gringo loco', y -acuérdense de mis palabras- nada se tiene garantizado, solo peligro e incertidumbre, además no muestra simpatía alguna por los países al sur de su "patio trasero" y nos trata de invasores criminales que "tienen la maldad en sus genes"... ¿Qué esperar si las tensiones políticas y comerciales las provoca él? Como van las cosas, es mejor para nuestra infeliz economía, seguir agachados y sumisos ante el imperio y suavizar las tensiones provocadas por la actitud valerosa y osada de un presidente que piensa primero en el ser humano y su dignidad que en las migajas económicas que se resbalan de su pútrida mesa.

Que obedecer no se convierta en nuestra sutil manera de odiar.

Con un abrazo de dignidad.

Hortensio.

Un algo más

Como soy un latino más "poca cosa" no creo que se fijen en mí y me quiten la visa que tanto anhelé y que la desilusión me llevó a no utilizarla mayormente, como dice Petro: 'Es un poco aburridor' ir al país de los migrantes, para entrar a vivir el "sueño americano" perdón, "la pesadilla americana" en un país que se volvió insufrible por los estúpidos supremacistas blancos y por su asqueroso racismo... ¡Hay que mirar al Oriente! ¡Hay que mirar al Oriente!


1 comentario:

  1. Increíble tanta verdad en tan pocas palabras. Eso es una realidad que duele.. ¿hasta cuando? Con un aliado así para qué enemigos.

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