domingo, 22 de agosto de 2021

7.000 toneladas de acero. (Primera parte)

EL HOMBRE QUE VENDIÓ 2 VECES LA TORRE EIFFEL.

El único que saca partido del
capitalismo es el estafador, y se
hace millonario en seguida,
John Dos Pasos

No se registra en los anales policíacos otro pillo igual que el estafador profesional Víctor Lustig, alias "El Conde von Lustig", con su bien sazonado arsenal de raros talentos -cultura, presencia, teatralidad de gran actor, simple y sencillo conocedor de la psicología humana e instinto de tiburón que dominaba con fluidez 5 idiomas- desconcertó a la policía de dos continentes durante más de 20 años. Este veterano timador con más de 23 alias parecía tener una misteriosa impunidad frente a la justicia que lo detuvo por cerca de 46 veces pero siempre 'se salía con la suya' por falta de pruebas después de esquilmar con hipnótica simpatía y sin misericordia a sus víctimas una tras otra tras... En éste Plácido domingo su curiosa y fantástica historia.

El Conde Víctor von Lustig.

Ahora nos encontramos con el personaje en París, en la primavera de 1925 años después de la post guerra cuando escapando de la FBI, resurgió en Francia tomándose un café en un bar callejero de los 'Campos Elíseos' cuando leyó una noticia en un diario que llamó su atención y su imaginación....

     - Ya se cual es nuestro próximo objetivo - le dijo a su "secretario" Dan Collins, mostrándole el aparte del diario que decía que el gobierno trataba de averiguar el costo de los arreglos y pintura de la torre y si saldría más barato demolerla que repararla-.

     - ¿Te has vuelto loco? -le dijo-  ¿Crees que puedes....?

     - Creo que sí y el periódico ya nos ha hecho el trabajo inicial. Solamente nos hacen falta credenciales oficiales y unas cuantas hojas de papel con membrete; yo tengo un amigo que me las puede facilitar.

La torre Eiffel a comienzos del siglo XX.

Pocos días después, cinco hombres del negocio de la chatarra recibían una carta personal del subdirector general de la oficina bajo cuya jurisdicción estaba la administración de la torre Eiffel, invitándolos para reunirse y discutir la adjudicación de un contrato oficial con el gobierno en el lujoso Hotel Crillón... el día y hora convenidos Lustig, abrió la sesión:

     -Caballeros -dijo-  tengan la bondad de poner atención. Me propongo  a hacer a Ustedes partícipes de un secreto oficial que, fuera de mi persona, solo lo conocen el presidente del consejo y el presidente de la república-. Hizo una dramática pausa y continuó -: El gobierno ha decidido demoler la torre Eiffel.

Se hizo un gran silencio, se trataba en verdad de algo muy grande.

    -No me extraña que esto les cause sorpresa -siguió diciendo- Ya se habrán enterado por los periódicos del altísimo costo de las reparaciones. Bien. Además, la torre fue construida como una atractivo para la feria mundial de París de 1889 y no con la intención de que fuese un monumento permanente de la ciudad. Ya desde el principio esa armazón  constituyó un ultraje a la sensibilidad estética de la gente de buen gusto. Debemos mirar la determinación del gobierno desde ese punto de vista.

La base de la torre Eiffel, a comienzos de 1888.

Los huéspedes del "Conde" que solo pensaban en el lucro, no tuvieron empacho de mirarlo así. Luego los invitó a dar un paseo para inspeccionar la torre. Les comunicó detalles de como esa construcción le había costado al Estado cerca de  siete millones de francos y calculó que el acero de alta calidad  aprovechable llegaría por lo menos a 7.000 toneladas. Con precisión de conocedor detalló la cantidad, el tamaño y el peso de las vigas metálicas. Terminada la conferencia solicitó a los negociantes que cada uno de ellos sometiera su propuesta dentro de un sobre cerrado y lo enviase al hotel ese miércoles.

     - Y no olviden caballeros -concluyó- que están en posesión de un secreto de Estado. Confió en su discreción.

Lustig ya había escogido entre los cinco el más propicio para su estafa, se trataba del chatarrero André Poisson, de origen campesino y que por lo mismo no se sentía bien aceptado en sociedad y que buscaba desesperadamente el éxito financiero que lo compensara de aquella deficiencia.

En la próxima entrada el desenlace de esta historia y en qué termino la vida de este genio de la estafa.
Un abrazo...

Hortensio.


 




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