JOSÉ MARIA CARBONELL.
Corría ya ese mediodía, viernes de mercado del 20 de julio de 1810, hace ya 211 años y la famosa disculpa o incidente histórico del famoso "Florero de Llorente" estaba por suceder... pero todo esto tiene un antecedente que pocos conocen o quizá ya olvidaron -que sería lo peor- circunstancia ésta que vertebró uno de los acontecimientos fundacionales de nuestra libertad como Nación... era la fría noche del 19 de julio de ese año vital, cuando se reunieron secretamente en el 'Observatorio Astronómico' cuyo director era Francisco José de Caldas y Tenorio, todos los capitanes o conspiradores del complot para ultimar detalles de lo que pasaría al día siguiente con el arribo desde España y Cartagena de Indias del "Comisionado Regio" para La Nueva Granada, el quiteño Antonio de Villavicencio y Verástegui, hijo de padre español y madre neogranadina nacido en Quito pero educado en Santafé en las aulas del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, con muchos de los protagonistas de los sucesos del 20 de julio de 1810.
El Chispero de la revolución. |
Allí prepararon el texto de lo que sería el Acta del Cabildo Extraordinario (hoy conocida como el Acta de la Independencia) que firmarían en caso de que sus planes tuviesen éxito, todo estaba premeditado desde esa noche anterior que como sombra difusa no se podía develar ya que el coronel Juan de Sámano y Urribarri, comandante militar de la capital estaba 'pisándoles los talones'... allí hace su aparición nuestro personaje al que se le encargó la parte más difícil de la jornada venidera, se trataba de José María Carbonell (el Chispero mayor) y era precisamente la de organizar al pueblo y chusma de San Victorino, para que saliera a protestar y de ser posible armarla para actuar violentamente contra las fuerzas 'chapetonas' de la capital. Fue el primer vándalo de nuestra historia revolucionaria, sin él no se hubiera consolidado -en ese día y esa noche- nuestro "Grito de Independencia".
¿Pero quién era nuestro 'primer vándalo'...? fue un recio y apuesto neogranadino nacido en Santa Fe de Bogotá en 1775, estudió derecho y finanzas en el Colegio Mayor de San Bartolomé y muy joven formó parte de la Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, que dirigió el sabio Mutis, y hasta aquí este apretado recuento porque estábamos en la noche anterior a ese 20 de julio... Él pensaba vehementemente que para hacer una verdadera revolución tenía que contar con el pueblo, pueblo de las clases humildes y desfavorecidas: "El pueblo es la base única de toda empresa fecunda" decía.
El incidente del Florero de Llorente. |
Y así se inventó y propuso la provocación a uno de los chapetones más odiado por el pueblo, el comerciante José González Llorente, cuyo almacén estaba situado en la esquina nororiental de la Plaza Mayor y como era reconocido por su grosera manera de tratar a los criollos y de una intemperancia verbal que todo lo arreglaba a gritos, entonces sería la disculpa perfecta para prender la chispa y para que la turba instigada por él se arremolinara y cogiera a piedra ese almacén (no cuentan las crónicas si lo saquearon o no, pero es posible) y así sucedió... al grosero peninsular no le quedó otra alternativa que escapar para evitar que lo lincharan y fue así, pues de no ser por la presencia del Alcalde Ordinario José Miguel Pey de Andrade que evitó la que hubiese sido la primera muerte de la jornada, lo rescató e hizo conducir a la cárcel... perdida esa presa Carbonell se dirigió hasta la casa del odiado fiscal Ramón de la Infiesta que lo había perseguido desde su divorcio y la de José Trillo y las destrozaron a piedra, Trillo logró huir más no así el infame fiscal a quien amarró como una bestia y lo puso preso para evitar su linchamiento.
Acto seguido el caudillo futuro mártir y héroe siguió apedreando casas de reconocidos españoles entonando arengas de libertad y acompañado de jóvenes estudiantes del San Bartolomé y el Rosario, futuros mártires de La Patria tales como Ignacio de Herrera y Vergara, Antonio Ricaurte, Eduardo Pontón y Manuel García, que se habían unido al pueblo que en turba se dirigió a la 'Cárcel de la Corte' y se la tomaron apoderándose de las armas de la guardia y soltando a los presos que estaban allí por deudas y riñas, solo hombres del pueblo humilde y explotado por los déspotas españoles, los armaron listos para enfrentar a Sámano y sus soldados llegados de urgencia desde La Heroica Cartagena de Indias.
Entrada ya la noche, mandó Carbonell el 'Chispero' como lo empezaron a llamar, tocar las campanas de todas las iglesias a fuego, el entusiasmo popular era ya incontenible, entonces tenía que suceder lo que pasó, irían por el Virrey, cuyo "palacio" y despacho se encontraba situado en el extremo norte del costado occidental de la Plaza Mayor, para pedir a gritos convocatoria inmediata de un Cabildo Abierto, el Virrey Antonio José Amar y Borbón Arguedas, temeroso por su seguridad y los miembros de la Real Audiencia que estaban acuartelados con él, accedió y fue depuesto como Virrey, pero se le nombró Presidente de la Junta de Gobierno, aplacando así una contra ofensiva del coronel Sámano, pero un rumor que llegó a los revolucionarios de un contragolpe, fue suficiente para que nuestro personaje 'El Chispero Mayor' entrara a la fuerza al palacio virreinal y le pusiera las cadenas y grilletes al Virrey y a su queridísima esposa doña Francisca Villanova, a los oidores y demás miembros del gobierno peninsular.
Sin palabras... |
Su Martirio.
Una vez instaurado 'el Régimen del Terror' con la reconquista española que impuso el tristemente recordado Pacificador y asesino Pablo Morillo, como siempre pasa con los grandes revolucionarios, es delatado y traicionado, una vez aprehendido es juzgado sumariamente y fue el único condenado a la pena de muerte por ahorcamiento en el 'Huerto de Jaime' hoy Plaza de los Mártires en Bogotá (los demás serían fusilados) para ese día el más aciago de nuestra historia 19 de junio de 1816 es donde son sacrificados todos los insurrectos del 20 de julio de 1810.
En su informe a la corona española y su gobierno, el Pacificador manifiesta:
"José María Carbonell, fue el primer Presidente de la junta tumultuaria que se formó en esta capital, quien puso grillos al Excelentísimo Señor Virrey Amar y lo condujo a la cárcel; el principal autor y cabeza del motín del 20 de julio, él fue quien sedujo a las revendedoras y a la plebe para insultar a la excelentísima Señora Virreina, cuando la pasaban presa de la Enseñanza a la cárcel del Divorcio; ministro principal del Tesoro Público, acérrimo perseguidor de los españoles, americanos y europeos que defendían al Rey, y uno de los hombres más perversos y crueles que se han señalado entre los traidores"
Llegado el día y la hora de su ajusticiamiento, la multitud se congregó al rededor del patíbulo en donde se había levantado la improvisada horca, el pueblo amedrentado por los escuadrones de infantería de veteranos dragones españoles, vieron como lo subían a empujones de culata y le ponían la soga al cuello rechazando la capucha negra que cubriría su cabeza, desde allí pronuncio sus últimas palabras a viva voz: "¡No piensen que este día es el más infeliz, sino el más dichoso de toda mi vida!" seguidamente se dirigió a su verdugo en un acto de nobleza que enterneció hasta las lágrimas a todos los presentes y le dijo: "Yo te perdono de corazón, que tú no tienes la culpa".
El héroe de las jornadas del 20 de Julio de 1810. |
Hasta aquí esta narración que los historiadores del 'establecimiento' han querido olvidar... espero que Ustedes no.
Un abrazo de 'chispero'...
Hortensio.
Post escriptum:
Caldas con quien conspiro como ninguno, presintiendo el futuro y cuando estaba preso por lo de la Junta de San Victorino, en El Diario Político de Santa Fe de Bogotá, número 3 del 31 de agosto de 1810, dijo esto en su honor: "¡Dichoso si no hubiera padecido vértigos políticos y cometido imprudencias! Patria, no olvides sus servicios, esos servicios que ayudaron a salvarte".
El monumento obelisco a los Mártires del 20 de julio de 1810 (y cuyo nombre no encontré) tiene una placa en bronce con estas palabras en latín: "Dulce et decorum est pro patria mori" (Dulce y decoroso es por la Patria morir)
Colombia lo elevó a los Bronces de La Patria con un busto de su inmortal figura al paso por este mundo, pero mezquinamente escondido en un sector de Chapinero, como queriendo olvidarlo y sin saber el porqué. Estoy seguro que millones de capitalinos hoy no saben donde está y menos conocen la triste y bella historia de su heroísmo.
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