domingo, 8 de julio de 2018

El monólogo de Susana.

Más allá de lo infinito me sumí en la soledad
en espera de una salida que jamás llegaría...
me acostumbre a morir muy despacio en mi
asquerosa agonía que no tenía fin...

Hortensio Farwel.

Una niebla de ausencia la rodeó...
      Para concluir mi encuentro con Susana de ese lejano año de 1970, en éste Plácido domingo sigo en el antro en que la encontré esa noche de un septiembre que nunca podré olvidar... fue un monólogo sin eco alguno y estéril... eso creo, pero ante la aparición de lo inesperado, de esa expectativa ante lo que me iba a decir, solo guardé un respetuoso silencio, y una niebla de ausencia rodeó a Susana; pensaba al dejar vagabundear mi imaginación por un mísero instante... sería injusto juzgarla por haber amado de esa forma, amó, simplemente amó sin esperanzas, era solo comprender cómo había amado sin la infamia de las apariencias, sin maquillajes ni máscaras... su amor fue leal, noble y hasta donde pudo justo. La angustia con la que me narró su vida era propio de aquellas gentes que sufren en silencio las persecuciones de una espuria sociedad acanallada y vulgar.

          - Yo no lo escogí, me lo encontré, - empezó a hablar muy quedamente- hay más casos entre el cielo y la tierra más importantes que el mio, pero ese ha sido mi pecado sencillo y complejo como ninguno que falsificó mi moral hasta llevarme al prostíbulo, fue mi chulo alcahueta y explotador, me obligó a vivir según las reglas de una moral absurda que no era la mía y que decliné para no "perderle" y termine convencida de que el negro era blanco y vivir en la medida de lo posible de acuerdo a su naturaleza era mi realidad, lo hacía o dejaba de vivir...

          -Mirar sus caras, oír sus palabras vulgares y obscenas, su cuerpo y mirar sus ojos negros era para mi como una oración sagrada, y no sentía ningún horror por mi misma, todo en él era negar la monotonía y la tristeza, la angustia y el dolor... me extasiaba oyendo su voz ronca y sugestiva, su mirada recia e intensa me subyugaba hasta hipnotizarme y por la noche en su silencio, al verlo tendido y dormido yo me abandonaba con ternura a la contemplación, me sentía hechizada con su presencia adorada que era para mí un todo irreprochable; ¿que me pasó Hortensio...?


          -Tu eras desde todo punto de vista mejor, eras guapo y sigues siéndolo, más educado, decente e inteligente, siempre que pienso en ti lo hago con agrado y sin embargo te rechace, y en vez de ser una mujer decente me convertí en la peor de las putas, uno no escoge amar razonablemente, lo hace el sin querer el tonto corazón. Una noche se peleó con un cliente que me maltrató y me lo mataron; en ese instante aciago y cruel sentí la muerte en mis entrañas y me fui... desperté dos días después en el San Juan de Dios, en una camilla nauseabunda en el piso de urgencias de ese hospital a donde llegamos Él sin vida y yo con un trauma que nunca supe de qué se trató.

          - Murió y sigo amando sus huesos que están en una fosa común en el cementerio del sur a donde voy todos los lunes a llevarle una flor regada con mis lágrimas y hablo como una desquiciada de nuestros sueños y planes de salir de este inframundo y vivir hasta la vejez en un pueblito lejos de ésta  infame ciudad... pero no lo siento difuso ni invisible, sé que me mira como si fuera brujería y lo veo a cada momento en el rostro de miles de gentes que pasan a mi lado, y no es indiferente y menos ausente, lo siento más vivo que nunca y lo amo mucho más ahora que se fue...  
          
          - ¿Y tu, querida Susana, qué...?
         
          -¿Yo...? yo sola me he consumido de tanto llorar y no me importa ya nada, ni siquiera ese asco de haberme envilecido de ésta manera, es como un homenaje que le hago cada noche de cada día, es un pacto que firme con sangre con el tiempo y me abandoné por entera sabiendo que era el peor de los males y el camino sin regreso a la soledad y la tristeza... he aceptado el reto y en el me quedé. Mi adorada madre, la que maté de dolor y vergüenza, me dio un  consejo que taladró mi alma: "Darlo todo para tenerlo todo, es la única actitud posible ante el amor" y como lo ves mi querido amigo lo cumplí. 

          - Al llegar aquí se interrumpió de repente, y me miró con unos ojos tan llenos de tristeza que jamás podré olvidar; con un soplo de voz le imploré, por favor continúa, "¡No es inútil...!" y ausente empezó a hablarle a Él como si estuviese allí... 

          -"Gracias mi amor por esos maravillosos días de dolor que me has dado" todo se convirtió en una charla intemporal en donde yo sobraba y desde luego estorbaba. Hablaba para si misma: "fuiste mi signo de vida al que amé, carne , sangre y alma"... "Si existe dios, el lo dispuso así pues te ame con una esperanza infatigable"... "fracasé en el intento de sacarte de ésta cochina vida" y "a pesar de los sufrimientos que me proporcionaste casi a diario, las decepciones y las locuras incontables que me hiciste cometer por tenerte y complacerte, fueron fruto de una certidumbre insensata y absurda de que con amor se podría cambiar todo"... "Era la marca del diablo y a ella me apegué"... "Te juro que cualesquiera que sean los lugares a que mis días me destinen, siempre te amaré y tu lo sabes, y siempre es para siempre, suceda lo que suceda y haya sucedido".

          - Su piel estaba blanca muy blanca, más bien se había puesto pálida y su mirada verde vagaba indecisa, cuando se encontró con la mía, se me quedó mirando fijamente sin pestañear, con una mueca de tristeza me dijo: "Me deje vencer por la psicosis de mis propios sentimientos y me siento mortalmente cansada y triste, la melancolía me está destrozando; trato de alejar su recuerdo pero es inútil, es un veneno que recorre por mis venas y está más presente que nunca, cada dia más". 
   


          - Susana tomó mi mano derecha reteniéndola entre las suyas sin decir nada, solo me miraba fija e intensamente, al ratito con una voz monótona y cansada me dijo: "perdóname por no poder haberte amado cuando imploraste mi amor, no entendiste que si lo hacía ensuciaba tu vida... es una realidad que se me hace pesada", tomo un trago largo y se levantó, se acercó a mi y me besó en la frente y sin decir una palabra más se perdió entre la pesada bruma del antro dejándome en la más profunda de las soledades aunque estaba rodeado de gentes, risas, gritos y música ensordecedora, tomé el resto de aguardiente que quedaba en la botella, me levanté y salí para nunca más volver...


Un triste abrazo...

Hortensio.

Post escriptum: 

Inanición: nombre femenino, extrema debilidad física provocada por la falta de alimento.

Supe por un amigo mutuo, unos años después, que por accidente estaba buscando un familiar en el Instituto de Medicina Legal, que al observar los consabidos álbumes, le pareció conocida una mujer de extremada blancura y su cara le era familiar... al preguntar por Ella, los datos eran: Susana Lopez de Narvaez,  causa de la muerte: anemia aguda e inanición.
Se había dejado morir.
                         
¿Susana...?








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