Como dijese Luisa Rendón: "Queda para él y para sus lectores, la esperanza de sus profecías no cumplidas: esperar la resurrección de Gonzalo y la suya."
"Ella comenzó a sospechar de mis amoríos con la lírica, el día que me vio llegar a la casa con Rimbaud.
- Mamá te presento a Rimbaud.
- Mucho gusto, ¿qué se toma?, un vaso de agua, o se come un queso que tengo en la trampa para cazar ratones?
- Prefiero un vaso de agua, porque vengo de muy lejos, de mis propias iluminaciones.
Rimbaud se bebió el vaso de agua y no volvió a despertar sino hasta el día en que Verlaine le pegó un tiro.
Después llegué a casa con el fabuloso marqués de Sade.
- Mamá te presento a un gran amigo, es un genio: enseña literatura con un látigo.
- Mucho gusto, ¿que se toma?, ¿una lágrima o una copa de veneno?
- El veneno señora, siempre y cuando haya sido extraído del apocalipsis."
(Fragmento) Elmo Valencia.
Amémonos
Amémonos al pie de la letra de una canción de Los Beatles.
Al pie de un verso surrealista, de un volcán echando chispas.
O de un reloj despertador porque el polvo del amor tiene un
sueño profundo.
Amémonos bajo la lluvia para ver en el agua
los gestos que harán de nuestros rostros cuando
lleguen los besos y el orgasmo.
Delante del lago de los sueños donde vive tranquilo un cocodrilo
de plata para hablar con él y decirle que nunca dejaremos de amarnos.
O detrás de una estatua cagada por miles de pájaros.
Nos traerá buena suerte.
Amémonos como Diego Rivera amó a Frida Khalo
y Neruda a su canción desesperada.
Desesperados estamos todos porque no sabemos
hacia dónde nos lleva el barco ebrio de Rimbaud.
Amémonos lejos del mundanal ruido o
cerca del aeropuerto para oír el rugir
de los motores de los aviones
cuando estemos unidos con los cuerpos ardiendo.
En fín, amémonos hoy jueves
porque mañana lunes es imposible.
Elmo Valencia.
Un loco abrazo de recordación eterna.
Hortensio.
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