sábado, 19 de noviembre de 2011

El formidable Angel Caído

                                                                   Oír y leer sin reflexionar 
                                                                                                                                                                es una ocupación inútil.
                                                                                                                                       Confucio.


En 1.877 en un taller de París, se funde en bronce la obra de arte (escultura) más polémica de finales del 'decimonónico' y sin dudarlo del siglo XX... El Ángel Caído, del escultor madrileño Ricardo Bellver y exhibida con inusitado éxito en la Exposición Universal de París de 1.878, y ubicada con la oposición - claro está-del clero español en el parque del Retiro de la capital española en el más bonito jardín de aquella estancia llamado para ser exactos 'El jardín del buen retiro', es la única estatua oficialmente concebida para testimoniar la existencia Luzbel, el más bello de los ángeles de la mansión celestial y el ser más amado de Dios.

El ángel caíado con sus alas del libre albedrío

Se cuenta en la leyenda (que no se encuentra en la Biblia, sino que fue una deducción teológica inspirada por el 'Espíritu Santo' en los padres de la Iglesia) que su soberbia lo perdió y es aquí donde empieza la controversia entre cristianos y los no cristianos (llámense como se quiera). Los más ilustres intelectuales de estos siglos que la han visitado no pudieron menos que admirar sus formidables formas, la fuerza de su figura juvenil y la expresión de su rostro.


Los unos dicen que al ver su cara se le nota la mueca de desesperación y angustia de haber perdido y caído en desgracia perdiendo la gracia y el amor de ese Dios intolerable y déspota que no perdona un acto de soberbia en contra de su divina persona y es expulsado de la corte celestial... para otros, que lo miran con ojos de admiración solo pueden ver una cara de júbilo por haberse librado del déspota divino y grita su rebeldía con pasión y sacude sus alas del libre albedrío en actitud de desafío ya que Él , no fue condenado por soberbio sino por rebelde; pero estamos en la estatua a la que no dejo de admirar por su belleza, su símbolo de libertad que siempre será la bandera de la juventud y su metafórica presencia entre nosotros los mortales.


Si bien es cierto que es la única estatua del diablo, de Lucifer, del bajísimo, del demonio, Bellver inspirado en un pasaje del 'Paraíso perdido' de Milton, quedo iluminado por la bella historieta que lo describe como un joven rebelde que nos quiere dar a nosotros, con su ejemplo la más prioritaria de las  lección que podemos aspirar a recibir... la lucha contra todo lo que oprima la sacratísima Libertad del ser humano.

 En una noche de plenilunio no me resistí a la idea de ir a darle las gracias a Bellver y a Luzbel, al uno por su inapreciable obra de arte, al Ángel Caído, por su ejemplo de valor y rebeldía... la luna llena iluminaba el bronce de una manera esplendorosa, de verdad hermosa, dándole nuestra roca satélite, el más justo homenaje al Ángel al regarlo con la más radiante de su Luz bella.



                                                                                                   Recuerdo de Madrid, 1.999



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